Que todo el mundo lo diga, no significa que tenga que ser cierto.
Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, donde son considerados como historias verdaderas. Pero el hecho de que algunas personas crean una historia no significa que ese mito tenga que ser real o cierto.
A continuación voy a indicarte algunos falsos mitos del deporte, que en ocasiones se han ido transmitiendo a lo largo del tiempo y que ahora tomamos como verdades universales cuando no lo son.
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Cuanto más se suda, más grasa se quema
Años atrás era muy frecuente ver en los gimnasios y la calle, gente practicando deporte con plásticos encima de la ropa e indumentaria intranspirable con la idea de que sudando más quemaban más grasa y perdían peso. Incluso hoy en día hay gente que todavía piensa que sudando se quema grasa.
Sudando se pierde agua y electrolitos y nada más
La pérdida de peso que se produce es por deshidratación y lo recuperas tras beber agua. Además, la sauna y las altas temperaturas ralentecen el metabolismo basal. La frecuencia cardiaca y presión arterial se reducen y consumes menos calorías en reposo, así que más que adelgazar, la sauna y el calor extremo producen el efecto contrario. En cualquier caso, sudar por sudar no es saludable como norma general.
La sauna puede tener utilidad y ser beneficiosa en pacientes que sufren de hipertensión y retención de líquidos, circunstancias que no se reúnen habitualmente en los deportistas. Así que olvídate de salir a entrenar con prendas de ropa que no transpiren, en horas de extremo calor y de las sesiones de sauna. Lo único que conseguirás es deshidratarte, perder sales minerales, ralentizar tu metabolismo -y consumir menos calorías en reposo- y que tu rendimiento baje.
El consumo de proteínas favorece el aumento de la masa muscular
La idea de que los suplementos de proteínas son esenciales e insustituibles para aumentar la masa muscular es una creencia muy típica del mundo del culturismo y constituye solamente una estrategia de marketing comercial para la venta de los productos.
Está comprobado que las proteínas por sí solas no aumentan la masa muscular.
El responsable de la hipertrofia muscular es el entrenamiento de fuerza que genera los estímulos adecuados para la síntesis muscular. Es cierto que la ingesta de proteínas favorece el aumento de masa muscular, pero no tiene que ser solo mediante batidos y suplementos: es suficiente con una dieta adecuada.
Y además existe un límite en cuanto a la absorción de proteínas más allá del cual no aumentará más la masa muscular pero si los problemas de salud, renales, osteoporosis e incremento de ácido úrico en sangre.
Se puede perder grasa de forma localizada
Ni haciendo abdominales eliminas barriga, ni haciendo sentadillas y trabajando los glúteos rebajas cadera.
No existe ningún ejercicio que sea capaz de hacer desaparecer la grasa de una zona concreta.
El lugar desde el cual provienen los ácidos grasos como combustible durante el ejercicio depende de factores genéticos, morfológicos y hormonales, pero no del músculo que estás ejercitando.
Se pierde grasa de forma global y la pérdida es más notoria en las zonas donde más hay acumulada. Si realizas abdominales, puedes mejorar el tono muscular de los mismos y reducir el perímetro de la cintura, pero no perder grasa de dicha zona.
Tenemos dos abdominales; el inferior y el superior
A la hora de organizar el trabajo de la musculatura abdominal se ha extendido el mito de que hay que hacer ejercicios específicos para cada zona, como la flexión de tronco para el desarrollo de la porción superior y la flexión de la cadera para el desarrollo de la porción inferior.
No existen abdominales inferiores y superiores.
La parte anterior del abdomen consta de un solo músculo, el recto anterior, que tiene su origen en el esternón y las costillas medias y se inserta en el pubis, motivo por el cual cuando trabaja lo hace de manera global.
Hay que hacer ejercicio al menos 45 minutos para quemar grasa
Uno de los mitos más extendidos y que afortunadamente se va superando.
Cuando haces ejercicio, sea cual sea la duración e intensidad del mismo, siempre quemas grasa, pero también glucógeno.
La duración e intensidad del ejercicio determinarán el porcentaje entre el glucógeno y la grasa.
El cuerpo arranca quemando glucógeno, que es lo más accesible y fácil de metabolizar. Así que en los primeros minutos quemaras más glucógeno que grasa, en una proporción de 90:10 aproximadamente. Sin embargo, con el paso de los minutos, las reservas de glucógeno se van agotando -de hecho son bastante limitadas- y el cuerpo comienza a extraer cada vez más energía de la grasa.
Cuanto más tiempo estés entrenando, más aumentará la proporción de grasa utilizada, a partir de la hora puede rondar el 90%. Pero, como es más difícil descomponer las moléculas de la grasa, comienza a aparecer la fatiga y empezarás con el catabolismo muscular, es decir, a quemar también proteínas. Si haces ejercicio físico con frecuencia y a una intensidad media-alta, tu metabolismo se activará y serás capaz de quemar calorías y oxidar grasa hasta 24 horas después.
Por eso hoy en día la tendencia está en realizar entrenamiento tipo HIIT -ejercicio a intervalos de alta intensidad-, con sesiones de menos de una hora, pero más exigentes.
Como puedes ver, tenemos claro que los dioses griegos no viven en el Monte Olimpo y se alimentan a base de néctar y ambrosía. También tenemos claro que el martillo de Thor lo puedes ver únicamente en las películas de Marvel. Sin embargo, en lo que se refiere al mundo del deporte, todavía hay falsos mitos.